El aprendiz

El nuevo concepto de Neuroenología asegura que el vino se cata en el cerebro y no en la boca.

Un exceso de sulfitos puede alterar el aroma del vino, provocando la concentración de sulfuro de hidrógeno, un gas incoloro con un desagradable olor a flatulencia o huevo podrido.

Si te consideras un amante del vino este listado te servirá para conocer de primera mano los utensilios imprescindibles para que un buen vino no pierda cualidades cuando lo servimos.

Para algunos los vinos tienen que ser intensos para ser buenos vinos pero para otros la astringencia desmedida es considerada un atributo negativo en el vino.

Cada uno tenemos nuestros rituales y costumbres a lo hora de disfrutar de un buen vino, pero ¿sabemos realmente la medida recomendada a la hora de servir un vino?.

La graduación alcohólica de un vino es el porcentaje que contiene de alcohol, que está determinado de forma decisiva a su vez por la cantidad de azúcar de la uva

El dióxido de carbono procedente de la fermentación de vino ha producido no pocos accidentes en las bodegas a lo largo de la historia.

Desmontamos algunas de las falacias más extendidas sobre una de las bebidas más demandadas del verano

No existe un detector más sensible que la nariz humana. Para oler utilizamos la nariz y la boca, se podría decir que el paladar está en la nariz ya que las sensaciones percibidas por la nariz cuando olemos el vino y por vía retronasal cuando percibimos el aroma en la boca se reagrupan y complementan.

Catar un vino es someterlo a nuestros sentidos, en particular al gusto y al olfato, para determinar su calidad. Aunque, no hay que olvidar que la vista, el tacto e incluso el oído, también intervienen en la cata.