Logo de La Esencia del Vino
Imagen bandera de EspañaImagen bandera de InglaterraImagen bandera de FranciaImagen bandera de Alemania
Usuario Administrador: Charly
Imagen bandera de España

Neuroenología, saboreando el vino con el cerebro

El vino se cata en el cerebro y no en la boca

Desde el momento que abrimos la botella se generan una gran cantidad de procesos cerebrales y sensoriales que intervienen en nuestra percepción del vino. A esto se le denomina Neuroenología.
 

¿Qué es la Neuroenología?
Es una disciplina que nos explica de manera científica qué sucede en nuestras conexiones neuronales ante una copa de vino. Cómo se desencadena un auténtico proceso fisiológico para interpretar su sabor. E, incluso, cuáles detectamos cuando lo catamos. El creador del término es el Doctor Gordon Shepherd, neurocientífico de la Universidad de Yale, que asegura que catar vinos estimula más el cerebro que resolver un problema de matemáticas.
 
"Al enviar una señal de sabor al cerebro, se desencadena una respuesta cognitiva masiva que implica reconocimiento de patrones, memoria, juicio de valor, emoción y placer", explica el Dr. Shepherd.
 
¿El mismo vino siempre lo apreciamos igual?
Hay que tener en cuenta, que en función de las variables externas, nuestro cerebro reaccionará de forma diferente. Incluso si bebemos el mismo vino en condiciones distintas, en lugares diferentes o con diferentes personas lo interpretaremos de una forma distinta. 
 
  • SENTIDOS
Son tres los sentidos que interactúan con nuestro cerebro para que nos hagamos una idea del sabor de cada vino: el olfato, el gusto y la vista. Mucha gente no lo sabe, pero una molécula de vino carece de sabor y de olor, de manera que es la conjugación de estas sensaciones que se entremezclan con las neuronas la que ofrece la imagen que tenemos de un caldo.
 
  • PRECIO
El cerebro tiende a realizar una asociación automática entre vino de alta calidad y precio elevado, aunque después esta visión se matiza a través de la experiencia.
El sistema de asociación es binario, ya que se limita a inferir la conclusión de que el precio determina la calidad, aunque ello no tiene por qué ser exactamente así.
 
  • CRÍTICA
El ser humano tiene un punto gregario y, por lo tanto, las opiniones de los demás, sobre todo, cuando las consideramos de valor, influyen en nuestra percepción de la calidad y sabor de un vino. Por este motivo, es relativamente habitual que al escuchar una opinión de un “gurú” respetado en el sector, tanto para bien como para mal, la tomemos como referencia.
 
  • FACTORES CULTURALES
La idea preconcebida de los vinos está arraigada en el inconsciente colectivo y, en ocasiones, cambiarla lleva varios años, especialmente donde no hay tradición en el consumo. Un ejemplo muy claro es el amor a la patria chica y pensar que el vino que se hace en casa es el mejor, aunque no haya uva ni tecnología para que los caldos sean de calidad.
 
  • LA CALIDAD
Disfrutar de los vinos es más complejo de lo que puede parecernos a simple vista, aunque siempre es importante que la materia prima sea de calidad porque, al fin y al cabo, los estándares de gusto de las personas tienden a parecerse. 
 
 
Y ahora que sabemos esto, tenemos un motivo más para disfrutar de una copita de vino en buena compañia.

Imágenes

neuroenologia

Comentarios

Añadir un Comentario nuevo