Catedrales del Vino

Templos del Vino creados por los arquitectos más importantes del mundo, combinando funcionalidad y estética. Bodegas testigos mudos del paso del tiempo, atrapado en forma de vino en el interior de barricas y botellas, pero ante todo fábricas llenas de actividad donde el vino es la auténtico "obra de arte". Y aunque sus arquitecturas responden a las diferentes técnicas de vinificación, en ocasiones resultan impresionantes construcciones, de estética vanguardista y gran funcionalidad, como símbolo de prestigio, merecedoras del apelativo de "Catedrales del Vino" o "Templos del Vino".

Así son las bodegas más vanguardistas de España que arquitectos de prestigio como los españoles Rafael Moneo, Iñaki Aspiazu Iza y Santiago Calatrava o el canadiense Frank O. Gehry o el francés Philippe Mazieres, han ideado para mimar a la uva durante sus años de reposo y madurez. Moderna, funcional e integrada en el entorno, la arquitectura del vino se convierte en un símbolo de la calidad y la proyección de los vinos españoles, pero también en un nuevo reclamo turístico para las zonas rurales y una nueva vía de negocio para los empresarios vitivinícolas.

Al norte de España, en Elciego (Álava), se alza la Ciudad del Vino, de las Bodegas Marqués de Riscal. El canadiense Frank O. Gehry, creador del Museo Guggenheim de Bilbao, ha ideo este proyecto tan sorprendente. El revolucionario edificio, con sus láminas exteriores de titanio, surge de la tierra como si fuera una vid, y se integra plenamente en el paisaje de viñedos y campos que lo rodea. No se pierda su interior, que incluye un hotel y un restaurante de lujo, así como un spa de vinoterapia, un centro de reuniones y un museo.

A sólo 10 kilómetros, en Laguardia, en plena Ruta del Vino de la Rioja Alavesa, unas nuevas colinas metálicas se han unido al ondulado paisaje, se trata de las cubiertas del singular edificio que Santiago Calatrava ha diseñado para Bodegas Ysios. Tambien nos encontramos con otro espectacular edificio, Bodega Viña Real de CVNE (Rioja), obra del arquitecto francés Philippe Mazieres, que tiene forma de tina. Son edificios muy diferentes entre sí, aunque ambos son espectaculares. Cuando pasee por sus salas verá que todo está diseñado para facilitar y conseguir la máxima calidad en el proceso de elaboración y crianza del vino. Philippe Mazières, es tambien artífice en España de las bodega Hacienda Monasterio (Ribera del Duero), su pasión por el vino le sale por los costados, y eso se nota en sus creaciones. Concibe las bodegas como lugares de encuentro y de pasión, no son simplemente centros de producción, sino lugares donde se elabora arte.

Las bodegas de Faustino y Señorío de Arínzano también van ligadas a arquitectos de fama internacional. El Grupo Faustino cuenta con un nombre de excepción para su nueva bodega en la Denominación de Origen Ribera del Duero, el prestigioso arquitecto británico Norman Foster. El asunto tiene más mérito si tenemos en cuenta que ha sido la primera vez que este profesional se encargaba de un proyecto bodeguero. Pero Señorío de Arínzano no se queda atrás. La familia Chivite es propietaria de varias bodegas siendo la de Cintruénigo (Navarra) la más antigua. En 1988 adquirió este señorío que el arquitecto navarro Rafael Moneo convirtió en la actual bodega.

La bodega vallisoletana de Protos encontró al arquitecto británico Richard Rogers para que diseñara su nueva bodega al pie del castillo de Peñafiel (Valladolid). Un edificio que no compite con la panorámica de la fortaleza – hoy Museo del Vino – y no desentona con el entorno. La construcción, de cinco naves de distinto largo, trata de imitar la forma elíptica del castillo.

No sólo tienen un carácter funcional, sino también simbólico, ya que estos monumentales edificios, pretenden ser la tarjeta de presentación de los vinos que albergan. Las bodegas de Calatrava(Ysios), Moneo(Julián Chivite), Ghery(Marqués de Riscal), Mazieres(CVNE), Aspiazu(Baigorri) y otras aqui no mecionadas son la muestra del esplendor de los nuevos vinos españoles y su proyección de futuro. Edificios que combinan los espacios luminosos y habitables con la oscuridad de las naves destinadas al envejecimiento de la uva. Son lugares para visitar, lugares con vocación de museo.

En cualquier caso, estos son sólo algunos ejemplos de estas nuevas catedrales del vino en España. Porque hay muchas más repartidas por otras zonas vinícolas. Las estructuras de estos arquitectos han abierto además la vía para la integración definitiva de la modernidad en los entornos rurales y ha inaugurado una nueva forma de turismo: el turismo rural de diseño, pues junto a las bodegas se establecen ahora hoteles de lujo, museos, restaurantes, balnearios, visitas guiadas y catas.