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Usuario Administrador: Charly
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Significado del color del vino tinto

Los vinos tintos suelen ir desde un color azul violeta hasta un rojo teja, pasando por el carmesí o cereza

La mejor forma de apreciar el color del vino tinto es inclinando la copa (medio llena) entre 30 y 45° y observar el borde o ribete del líquido (en la zona en la que éste se une con el cristal) ya que aquí el vino presenta menos espesor y se hacen más evidentes sus matices cromáticos. 
 

Es importante observar el color con una buena luz clara (si es natural, mucho mejor) sobre un fondo blanco. Los catadores prefieren manteles blancos en la mesa para poder contar siempre con un fondo blanco cerca. Pero una hoja de papel blanco o una servilleta también sirven. Con el tiempo y la práctica empezaremos a notar diferencias entre los colores de un vino y otro. 
 
En los vinos tintos el color es debido a determinadas sustancias como los antocianos, los taninos y algunas otras sustancias que se producen durante la elaboración del vino. Las percepciones visuales relativas al color podemos clasificarlas en la vivacidad (unida con la trasparencia), la intensidad y la tonalidad.
 
La vivacidad en los vinos tintos está relacionada con el grado de acidez del vino, tanto que los vinos escasamente ácidos se presentan descoloridos. La excepción a esta regla se da en los vinos jóvenes muy ricos en antocianos en las que la gran cantidad de sustancias colorantes acentúan la vivacidad del color, a pesar de tener una acidez relevante.
 
La intensidad es debida a diversos factores: la clase de uva (más o menos rica en materia colorante), al terreno (normalmente un vino obtenido de un viñedo cultivado en un terreno calcáreo margoso tiene más color que un vino que proviene de un viñedo cultivado en terreno arenoso), al grado de madurez de la uva, el estado de sanidad de la uva en el momento de la vinificación (de uvas mohosas dan un vino con poco color), al sistema de vinificación (con temperatura media-alta de fermentación se obtienen vinos con más color), con la termovinificación se obtienen vinos ricos en antocianos que sin embargo dan lugar a abundante precipitación de color.
 
La tonalidad o variación del color depende de la añada de producción, es decir de su evolución en el tiempo. Los vinos tintos jóvenes suele caracterizarse por un rojo violáceo, más o menos intenso, virando luego al púrpura, al rubí y, al envejecer, a un rojo amarillento o rojo teja. Los tonos amarillentos o granate suelen observarse en los vinos tintos viejos. Cuanto más añejo sea un vino tinto, más claro será el borde del disco, es decir que la intensidad de color es media, manteniendo tonalidades de color ladrillo, teja, marrón claro y ambarino.
 
El mayor enemigo de la intensidad del color son las oscilaciones térmicas: con el calor se aceleran todas las reacciones por carga de las sustancias colorantes y con el frío se facilita la precipitación de los complejos coloidales (posos).
 
 

Imágenes

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