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¿Se puede vivir bebiendo solamente vino?

Un anciano español dijo que su secreto para vivir hasta los 107 años fue beber sólo vino.

Fue el fundador de la compañía Bodegas Docampo y vivió 107 años. ¿Su secreto? El dulce elixir que cosechaba su compañía.

 

El poeta John Berryman seguía una estricta dieta consistente en un litro diario de whisky mientras escribía en la década de los años 60 sus Canciones del sueño. En sus años habaneros, Hemingway llegaba a beberse 16 daiquiris de una sentada, un récord sólo superado por los 18 whiskys que al parecer llevaron a la tumba a Dylan Thomas. ¿Pero se puede vivir bebiendo solamente vino?

 

Un hombre que falleció no hace mucho en España, dijo que su secreto para vivir hasta los 107 años fue beber vino. Mucho vino y sólo eso.  Se llamaba Antonio Docampo García, era de Vigo, y tuvo una salud envidiable a pesar de no probar el agua y tomarse más de un litro y medio de tinto en cada comida. Es seguro que si le hubieran estudiado en vida habrían corroborado los beneficios que el vino tinto tiene en el ser humano. Y es que, este anciano de Vigo falleció a los 107 años después de toda una existencia bebiendo únicamente este tipo de alcohol. Aunque, eso sí, elaborado por él en su destilería privada al que no le añadía ningún conservante y libre de sulfatos. 
 
Su historia fue dada a conocer por  el periódico «La voz de Galicia» y, desde entonces, se ha vuelto viral en las redes sociales. Y lo cierto es que no es para menos pues, según explicaba uno de sus hijos, Manuel Docampo, su padre no probó ni gota de agua a lo largo de sus últimos años de vida. «Cuando estábamos en casa, entre él y yo podíamos bebernos más de 200 litros al mes», señalaba en una entrevista en exclusiva al diario español. Su amor por este tipo de bebida no tenía límites. De hecho, era capaz de beberse hasta un litro y medio en la comida. Tampoco solía rechazar un chupito de aguardiente con el desayuno para despertarse con energía.

 
Todo este alcohol le mantuvo sano hasta sus últimos años con una salud envidiable. Así lo demuestra el que no tuviese necesidad de tomarse un antibiótico hasta los 103 años. Tal solo dos años después, sus hijos le sacaron de la residencia en la que vivía para cuidar de él y poder pasar juntos sus últimos momentos en este mundo. Al final, su momento llegó después de sufrir una severa neumonía contra la que no pudo luchar.
 
Antonio Docampo García, tal y como determina «La voz de Galicia», vino a este mundo en Ribadavia (al suroeste de Orense) hace 107 primaveras. Picapedrero desde los 9 años, nuestro protagonista terminó alistándose en la Guardia Civil y, allá por 1936, luchó en la Guerra Civil por el bando franquista. Para su desgracia, durante la contienda tuvo que lamentar la muerte de su hermano. Uno de los momentos más tristes de su vida, según dijo en su momento. Con todo, pudo cobijarse en el amor de su esposa, a la que volvió a ver tras la lucha.
 
Posteriormente dedicó su vida a cultivar uvas y producir vino. Una actividad que le permitió apartar un buen pellizquito para él. En ese momento fue cuando empezó a meterse entre pecho y espalda un litro y medio de vino en cada comida. Aunque siempre de lo que producía, una bebida que -aunque solía estropearse en pocos días- era sumamente natural. Es seguro que eso no fue un problema, pues con el amor que tenía para el tinto muy probablemente el brebaje no tenía tiempo para avinagrarse.
 
 

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