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Usuario Administrador: Charly
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¿Cuánto tiempo puedo guardar un vino en la botella?

No sólo en las barricas tiene lugar el envejecimiento de un vino, también madura en la botella

Si se dan unas idóneas condiciones de envejecimienento en botella, con una temperatura baja y constante, unido a un adecuado llenado de la botella en la bodega, con el uso de un buen tapón de corcho u otro material adecuado, y conservando las botellas en posición horizontal o invertida, para que el corcho permanezca elástico y en contacto con el vino, entonces las cantidades de oxígeno que pueden penetrar en la botella se pueden considerar nulas, pudiendo de este modo referirse a una crianza realizada en un ambiente reductor, exclusivamente.
 

En botella la crianza se desarrolla según una curva de calidad con forma de campana invertida, llegando a un máximo al cabo de unos meses o años, depeniendo del tipo de vino, y decayendo con una mayor o menor rapidez hasta llegar a anularse haciendo el vino imbebible. La duración de esta curva también depende del tipo de vino y de las características de su añada, pudiendo en algunos grandes vinos tintos llegar a superar los 40 a 50 años, mientras que en otros, este período puede ser de tan sólo unos meses. En casos muy puntuales, los grandes vinos dulces y generosos pueden incluso llegar a vivir un tiempo superior a los 100 años.
 
Se distinguen por lo tanto tres etapas en la evolución del vino en la botella:
1.- Fase de Maduración
En esta fase de crecimiento el vino va incrementando, poco a poco, su nivel de calidad sensorial, y pudiendo pasar por unas etapas de oscilación previas, motivadas por la recuperación del vino de las operaciones del embotellado.
2.- Fase de Plenitud o Apogeo
El vino alcanza su punto óptimo de madurez y sus componentes se hallan en completo equilibrio desplegando una gran complejidad aromática, tanto en nariz como en boca, así como una larga persistencia (tiempo que perdura el sabor y el aroma después de tragar). Cabe destacar, que siempre es mejor beber un vino pronto que demasiado tarde, pero el grado de madurez que deba tener un vino a la hora de beberlo dependerá en gran medida del gusto personal.
3.- Fase de Declive
Donde el vino una vez alcanzada su máxima calidad, inicia un camino descendente, hacia su "muerte". Esta etapa puede ser de mayor o menor duración, dependiendo de las condiciones ambientales y de cómo conservemos las botellas. Se torna más seco, perdiendo cuerpo y estructura. Una modificación organoléptica que, en ocasiones, va acompañada de precipitaciones en el fondo de las botellas. Efectivamente, los famosos posos.
El color, en el caso de los vinos tintos, paralelamente, evoluciona hacia el rojo teja o amarillo-anaranjado, con desaparición completa de los matices malvas en los tintos mientras que los blancos se oscurecen hacia tonos dorados intensos. Por tanto, podemos considerar el color como un marcador del envejecimiento, siendo los vinos viejos de un color amarillo-teja intenso. 
 
 
Por tanto, olvídate de la idea de que un vino "cuanto más viejo mejor", a la hora de consumir un vino debemos tener en cuenta que se trata de un producto con tiempo de desarrollo limitado, es decir, podríamos afirmar que este tiempo es “su fecha de caducidad” y una vez sobrepasado ese momento, comenzará a perder cualidades. Si bien cada vino posee su particular evolución estas reglas nos darán una buena orientación del tiempo máximo que podemos conservar algunas botellas sin que al querer beberlas hayamos llegado tarde y perdido toda su gracia.
 
  • Vinos jóvenes sin crianza, blancos, tintos, rosados o espumoso, han de consumirse preferiblemente en los siguientes años a su embotellado.
  • Vinos Blancos con crianza pueden consumirse entre los 2 y 7 años, para disfrutarlos en su mejor momento.
  • Vinos Tintos con crianza tienen su momento óptimo de consumo entre 5 y 10 años después de su elaboración.
  • Vinos Tintos de larga guarda, reservas y grandes reservas, tienen una vida media de entre 10 y 20 años.
 
Por todo esto, la mejor manera de establecer la idoneidad de consumo de un vino a efectos de la curva de calidad es probarlo. Es conveniente guardar varias botellas del mismo vino y añada e ir abriéndolas a lo largo de varios meses para comprobar su evolución y su momento óptimo de consumo. La recomendación de consumo de la propia bodega también puede resultar un dato orientativo fundamental.
 
Esto puede significar beber un vino en plenitud de condiciones o perder gran parte no solo del dinero invertido en él sino de sus principales atractivos, tanto en el caso de beberlo demasiado pronto como si llegamos tarde.
 
 
 

Imágenes

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