¿Cómo elegir un buen vino para la cena de Nochevieja?
La gastronomía será protagonista y el vino el eje central de reuniones de amigos y familias
Llega la noche del 31, una de las más esperadas del año y las expectativas acostumbran a elevarse hasta cotas insospechadas. Llega la cena de Nochevieja y lo que nos suele causar más quebraderos de cabeza, a parte del menú, es la elección del vino.
El origen del vino, la añada, el tipo de envejecimiento, la propia forma de sujetar la copa y hasta de beber el vino, el maridaje con los alimentos que vamos a cenar… son algunas de las claves que conviene tener en cuenta a la hora de elegir un vino para acompañar la cena de Nochevieja.
- Los vinos tintos se deben servir “frecos”, a una temperatura entre 16º - 18ºC. Los blancos y rosados a unos 8 - 10ºC y los espumosos, en cambio, deben rondar entre los 6 - 8ºC. Cualquier temperatura inferior perjudicaría su aroma.
- La copa debe sostenerse por el tallo (la parte más fina) y con la yema de los dedos, de esta manera se respeta su temperatura y esencia original y no se mancha de huellas la copa. Es la manera correcta y elegante con la que los expertos sostienen sus copas.
- Es cierto que el acompañamiento ideal para el pescado es un buen vino blanco y la carne, en cambio, se equilibra con un buen tinto, pero actualmente la variedad de ambos ha evolucionado tanto que es posible acompañar un redondo de ternera con un blanco suave.
- Para disfrutar de los distintos sabores que definen un buen vino es aconsejable beberlo con moderación y a sorbos cortos. De esta forma se pueden apreciar todos sus matices, que puede variar con el reposo. Busca sus puntos dulces, amargos y ácidos, los tres pilares que se remarcan en una cata.
- Conocer el origen del vino es uno de los puntos fuertes de cualquier experto y que le confiere la mayor parte de su carácter. El origen está certificado en los vinos con Denominación de Origen protegida que indicará en la etiqueta. También está garantizados por su origen los vinos de pago y en los vinos de la tierra.
- Los vinos jóvenes son aquellos que no han pasado ningún tiempo en barrica y se han comercializado en su primer o segundo año de vida. Los vinos tintos crianza han pasado al menos un año en barrica y han entrado en el mercado a partir del tercer año de vida. Los vinos reserva han envejecido durante tres años y han pasado 12 meses en barrica. Los reservas blancos han envejecido durante dos años y han pasado seis meses en barrica. En cambio, los vinos gran reserva son aquellos que han envejecido durante cinco años pasando como mínimo dos años en barrica y tres en botella.
- No necesariamente un vino joven es malo o pobre, en la actualidad existen vinos jóvenes con una gran calidad, por lo general suelen ser menos intensos que los reserva, y para muchos que no se sienten atraídos hacia los sabores fuertes, son la mejor opción. No necesariamente un vino reserva te va a gustar, es lo mismo que ocurre con los vinos jóvenes, y es que la clave está en el gusto personal, los vinos reserva suelen ser más intensos, si no disfrutas estos sabores, o piensas que no van con los platillos de la cena de navidad, es mejor decidirse por uno joven pero de buena calidad.
- Una fantástica idea a la hora de escoger vino para la cena de Navidad es optar por un estuche de vinos, es decir, distintos vinos que podréis ir degustando durante toda la cena, dependiendo del momento y del plato, y que a la vez puede servir como un obsequio de Navidad.
¡Ya tienes todos los ingredientes para triunfar en la cena de Nochevieja!
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