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Bodegas Dehesa La Granja

Fundada en -0001

La tercera finca vinícola de Alejandro Fernández, posee una bodega preciosa que respeta el entorno y se integra en él. El nacimiento, en 1975, de Tinto Pesquera supuso una pequeña revolución en el panorama vinícola de nuestro país. Los rasgos que definían Tinto Pesquera reflejaban una ruptura con el tipo de vino existente en esa época. Su primera bodega fue creciendo poco a poco, siempre basada en unos viñedos que trataba con mimo. Pero su sueño fue hacer una finca modélica que estuviese presidida por la bodega. De esta forma, nace Condado de Haza. Rodeada por sus más de 250 hectáreas y situada en una de las mejores zonas de la Ribera del Duero, es el resultado de años de trabajo y esfuerzo de Alejandro Fernández, que fue capaz de juntar majuelo a majuelo.

Una vez consolidadas Tinto Pesquera y Condado de Haza, la inquietud de Alejandro Fernández, al que siempre acompañó en la labor su mujer, Esperanza Rivera, le llevó a recorrer río abajo el Duero, que siempre ha sido una referencia en su vida. Cuando Alejandro y Esperanza llegan a Vadillo de la Guareña y ven Dehesa la Granja saben, desde el primer momento, que su siguiente sueño iba a realizarse allí. Les enamora una finca de más de 800 hectáreas, con un microclima muy especial, que le viene dado por las aguas del río Guareña, que atraviesa la finca, y por la dehesa de encinas, alcornoques y robles centenarios. Pero en cuanto entran en la casa y ven la bodega subterránea saben que ya nada les hará cambiar de opinión. Durante 17 años, desde 1750 hasta 1767, 125 hombres en la oscuridad y el silencio, que sólo rompían sus golpes, fueron robando espacio a la piedra hasta conseguir un precioso laberinto de pasillos, que superan los 3.000 metros cuadrados.

Dehesa la Granja ha dejado ya de ser un sueño y se ha convertido en una preciosa finca. Hay ya plantadas 250 hectáreas de viñedos y esas viejas bóvedas se han convertido en el espacio ideal para criar el vino, con una temperatura constante, una humedad adecuada, la oscuridad necesaria y el paso silencioso del tiempo. Allí reposan las barricas en las que Dehesa la Granja 98, primer vino que comercializa la bodega, ha permanecido 24 meses.